Las fobias son miedos irracionales e incontrolables hacia ciertos objetos o animales. Sus causas se encuentran profundamente arraigadas en nuestra infancia o en algún evento traumático. Usualmente todos sufrimos, aunque sea levemente, de alguna fobia; de ese modo, términos como aracnofobia y claustrofobia se utilizan hoy popularmente .
Pero existen también algunas fobias poco conocidas; muchas de ellas extrañas y bizarras; te invito a conocer algunas de ellas:
Ergofobia
La ergofobia es el miedo al trabajo y tu pensaras:
“Bueno, pero ¿quién no sufre de ella?”
La ergofobia, no obstante, no es lo que comúnmente llamamos pereza.
Es una enfermedad real, que se manifiesta a sí misma como un miedo irracional a trabajar —o conseguir empleo—, y quien la sufre padece de ansiedad extrema mientras se encuentra trabajando.
En realidad esta fobia puede ser una combinación de otras fobias tales como no ser capaz de realizar las tareas asignadas, hablar frente a un grupo numeroso (reuniones por ejemplo), o socializar con los colegas.
Espectrofobia o catoptrofobia
No es el miedo a los fantasmas, como se podría deducir de su nombre, sino el miedo a los espejos.
La persona que sufre esta fobia siente un miedo irracional de verse reflejada en un espejo o cualquier otra superficie pulida y reflectante.
Algunas personas temen que al mirarse en un espejo puedan entrar en comunicación con una entidad sobrenatural o un mundo paralelo.
Muchas personas afirman que sienten esta fobia sólo por las noches, y este fenómeno se explica fácilmente: fijar la vista en un espejo por un periodo de tiempo extendido —y en condiciones de poca luz— lleva a que nuestro cerebro comience a “deformar” nuestro rostro.
Esto se debe a que nuestros ojos ya no lograr diferenciar con claridad el contorno del rostro
y nuestro cerebro intenta completar la información faltante de la mejor forma posible, dando con ello la impresión de figuras distorsionadas. Este fenómeno, y tal la fobia misma, son la base de la leyenda de Bloody Mary.
Onfalofobia
Es el miedo a los ombligos. Quienes sufren onfalofobia a veces incluso sienten temor de sus propios ombligos —un vestigio del cordón umbilical, que representa la relación con la madre—, y evitan tocárselos.
En los casos severos esta fobia lleva a la creencia de que el ombligo puede crear una abertura por donde podrían salir los intestinos.
Octofobia
Tal vez hayas leído sobre el miedo al número 13 (triscaidecafobia), muy normal cuando comprendemos que el número está asociado generalmente a la mala suerte. Pero existen personas que sienten miedo del número 8. Como mencionamos antes, es una fobia que tiene su raíz en algún evento traumático relacionado con este número.
Quien la sufre siente un miedo irracional hacia el número 8, y puede llegar a rehusarse a vivir en casas con este número.
Debido a que el 8 tiene un parecido con el símbolo del infinito, esta fobia puede derivar en la fobia a la eternidad, la apeirofobia.
Cromofobia
La cromofobia es el miedo a los colores. Como todas las otras fobias, también se desencadena por algún recuerdo traumático.
La persona que sufre de ella puede experimentar miedo y disgusto hacia un color en particular o hacia todos los colores en general.
Cada color tiene su propia fobia:
- Cianofobia: miedo hacia el color azul.
- Porfirofobia: miedo del color violeta.
- Xantofobia: temor al color amarillo.
- Eritrofobia: miedo del color rojo.
- Clorofobia: temor hacia el color verde.
- Crisofobia: miedo al color naranja.
- Leucofobia: temor al blanco.
- Melanofobia: temor al negro.
Mi consejo para aquellos que sufren de cromofobia es que se mantengan lejos de las tiendas de ropa colorida “Desigual”.
¿Y tú? ¿Sufres alguna de estas peculiares fobias? ¡Cuéntanos tus experiencias en la sección de comentarios aquí debajo!
