El caso del que hablaré es el de una mujer conocida por el pseudónimo “Julia”. Este evento fue reportado en 2008 por el doctor Richard E. Gallagher, un psiquiatra practicante de Nueva York.
¿Quién es Julia?
El doctor Gallagher describe a Julia como una mujer de mediana edad, caucásica, que vive en Estados Unidos. Ella misma se unió a la Iglesia, que a su vez la envió a un psiquiatra.
Ella estaba convencida de que estaba siendo “atacada”, de algún modo, por un demonio o por el mismo Satanás. Esta mujer reveló que estuvo involucrada en grupos satánicos durante mucho tiempo, a pesar de haber sido criada en los valores cristianos.
A pesar de que ya no sentía fe en la religión, decidió volver a la Iglesia para realizar un exorcismo.
Luego de hablar con el psiquiatra, éste notó que la mujer no era psicótica en absoluto; por el contrario, resultó ser una persona muy inteligente y sobria.
A pesar de ello Julia caía frecuentemente en estados de trance, aunque esto no se debía a ningún estado disociativo conocido entonces por la ciencia.
Estos estados de trance se caracterizaban por estar acompañados de estos fenómenos:
- Insultaba y provocaba a los doctores.
- Utilizaba un vocabulario soez y escatológico.
- Su voz era distinta de la habitual.
Al salir de estos estados de trance nunca podía recordar nada de lo que había sucedido.
Gracias a este detalle algunos psiquiatras formularon la hipótesis de que podría tratarse de un trastorno disociativo de la personalidad.
Sin embargo, esta hipótesis fue rechazada sobre la base de otros síntomas específicos que veremos más adelante en este artículo.
Dada la complejidad del caso, el doctor Gallagher decidió expandir su equipo de colaboradores; para ello contrató:
- Psicólogos altamente preparados.
- Cuatro sacerdotes.
- Un diácono y su esposa.
- Dos enfermeras que también eran monjas, una de las cuales era enfermera psiquiátrica.
- Voluntarios
Para ayudar a Julia se reunían con frecuencia; pero durante las llamadas telefónicas que se realizaban para organizar estas reuniones, a menudo escuchaban una voz que intentaba interferir con las llamadas. Era la voz de Julia durante sus estados de trance, pero ella no estaba enterada de esas reuniones ni estaba en el sitio durante esos momentos. Tampoco era posible que ella conociera todos los números telefónicos del equipo. Aún así, durante las llamadas telefónicas esa voz decía, a veces en un susurro y otras en un fuerte tono agudo, cosas como:
¡Déjenla en paz, idiotas! ¡Ella es nuestra!
o
¡Váyanse y déjenla en paz!
Cuando le preguntaban sobre eso a Julia, ella siempre decía lo mismo: que no tenía idea de los hechos, aunque muchas personas recordaban haber oído antes esa voz.
¿Cuáles eran los otros comportamientos extraños de Julia?
Como dije antes, Julia mostraba otros comportamientos peculiares además del estado de trance. Cuando no estaba en ese estado, manifestaba habilidades psíquicas. Su presencia se relacionaba casi siempre con fenómenos paranormales.
A veces los objetos a su alrededor comenzaban a levitar y a flotar por toda la estancia.Otra peculiaridad era que Julia conocía cosas que de ningún modo podría haber sabido;
de hecho era capaz de dar información sobre parientes, fallecidos y enfermos en la familia de cualquiera de los colaboradores.
Un ejemplo es su capacidad de describir en detalle cómo fue la muerte de uno de los familiares de uno de los miembros del equipo. Ella fue capaz de describir perfectamente el tipo específico de cáncer que tenía esa persona fallecida. En otra ocasión le dijo a uno de los doctores:
¿Así que anoche tus gatos enloquecieron, eh?
La noche anterior los gatos de este doctor, usualmente tranquilos, comenzaron a atacarse furiosamente a las dos de la madrugada.
En otra ocasión fue capaz de adivinar dónde estaba uno de los sacerdotes, describiendo con gran detalle la sala en la que éste se encontraba, sus vestimentas y sus pensamientos. Todo esto fue confirmado luego por ese mismo sacerdote.
Luego de todos estos estudios, decidieron hacer un exorcismo.
El exorcismo
La ceremonia comenzó un caluroso día de junio. A pesar del tiempo, la sala donde se llevó a cabo el rito estaba fría. Pero cuando la voz que habitaba en Julia comenzó a hablar, la sala de pronto se puso tórrida.
Al comenzar el rito Julia entró en un trance sosegado. Luego de varios cánticos recitados por los sacerdotes presentes, ella comenzó a hablar. No una sola voz, sino decenas, comenzaron a salir de su boca, farfullando gruñidos y otros ruidos inexplicables e imposibles de replicar por un ser humano.
En un momento una de esas voces comenzó a hablar en varios idiomas, incluyendo español y latín, aunque Julia sólo conocía su lengua natal, el inglés.
Es innecesario afirmar que estas voces eran desafiantes, blasfemas y estaban furiosas.
Julia comenzó también a desplegar muestras de una increíble fuerza, tanta que dos monjas y tres voluntarios a duras penas podían mantenerla quieta. Fue entonces cuando comenzó a levitar sobre la cama, durante un lapso de media hora.
Las entidades dentro del cuerpo de Julia podían distinguir el agua bendita del agua común.
No es raro que se utilice agua común diciendo que se trata de agua bendita; muchos fraudes religiosos se descubrieron con esta metodología.
Se llevaron a cabo dos sesiones de exorcismo, pero ninguno dio resultados. Estas sesiones fueron suspendidas por la misma Julia, extenuada por los rituales, y no se sabe con exactitud cuándo se harán de nuevo.