El 21 de marzo de 2010, tras responder a una llamada de una persona que decía que había habido un apuñalamiento, la policía acudió a una casa de Requa, California. La escena a la que se enfrentan los agentes es digna de una película de terror: Jarrod Wyatt está desnudo y cubierto de sangre ante el cadáver de su amigo Taylor Powell. Powell tiene un corte en el pecho y le han arrancado la piel de la cara.
Wyatt es detenido junto con su ex novia, Billy Jo Bailey, que estaba en el dormitorio. Los encuentran en estado alterado y tardarán un tiempo en recomponer el rompecabezas de este terrible asesinato.
Jarrod Wyatt
Wyatt, de 26 años, es un apasionado de las artes marciales mixtas (MMA) y a menudo entrena con su amigo Taylor Powell, de 21 años. Un día, los dos, junto con la ex novia de Wyatt y un amigo, Justin Davis, deciden pasar una noche entre amigos. Los tres chicos preparan un té hecho con sustancias alucinógenas y lo toman, mientras que Bailey sólo lo prueba, instado por Davis. Los efectos no se hacen esperar. Davis decide marcharse, pero Wyatt intenta impedírselo, diciéndole que una ola gigante está a punto de golpear la ciudad e incluso arrojándose sobre su coche, pero Davis acaba marchándose. En ese momento, Wyatt empieza a discutir con Powell y ambos se pelean en el suelo de la cocina.
Algún tiempo después, Davis vuelve a recoger al perro que había dejado en casa de sus amigos y es en ese momento cuando oye gritos procedentes de la casa. Oye que alguien grita que debe “cortar un tatuaje ” y es en ese momento cuando llama a la policía.
El asesinato
A partir de las confesiones de los presentes, se estableció que, debido a las sustancias alucinógenas, Wyatt estaba convencido de que el mundo estaba llegando a su fin y de que estaba participando en una lucha entre Dios y Satanás. También estaba convencido de que Powell era Satanás y por eso lo mató.
Wyatt le cortó la lengua a Powell y luego le arrancó la piel de la cara, llegando a sacarle un ojo. No contento con ello, acuchilló el pecho de su amigo con un cuchillo o unas tijeras y luego le arrancó el corazón. Todo ello mientras Powell seguía vivo. Pensando que Satanás aún no había muerto, Wyatt quemó el corazón en una estufa.
La condena
Tras solicitar una declaración de demencia, Wyatt se declaró culpable de asesinato en primer grado y fue condenado a 47 años de prisión. Podrá optar a la libertad condicional en 2063.