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Jewel Shuping – Corrosivo en los ojos para quedar ciega

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Jewel Shuping es una mujer que ha decidido quedarse ciega y para ello se le ha vertido desatascante en los ojos. La mujer se ve afectada por el desorden de identidad de la integridad corporal y ahora, como mujer ciega, es feliz.

La historia de Jewel Shuping

¿Has pensado alguna vez en ponerte corrosivo en los ojos para quedarte ciego?

Hay quienes realmente lo han hecho. Jewel, de 32 años, siempre ha soñado con ser ciega desde que era una niña. Dice que cuando tenía 3 o 4 años, su madre la encontraba de noche vagando por la casa en la oscuridad total.

A los seis años, el primer pensamiento consciente: quedarse ciega la habría hecho sentirse a gusto. Cuando la madre de Jewel le recomienda que tenga cuidado porque mirar directamente al sol puede dañar sus ojos, pasa horas mirándolo fijamente, esperando quedarse ciega.

El desorden de identidad de la integridad corporal es una condición en la que aquellos que lo padecen sienten que un miembro o un sentido no son parte de él y deberían perderlo. Durante su adolescencia comenzó a usar gruesas gafas negras y a los 18 años recibió su primer bastón para los discapacitados visuales. Su deseo de quedarse ciega también la lleva a aprender a escribir en braille, que puede leer con fluidez desde la edad de 20 años.

La ficción ya no es suficiente

Durante años Jewel ha estado fingiendo ser ciega, pero eso ya no es suficiente. La idea de tener que ser realmente ciega sigue surgiendo en su cabeza. Comienza a hablar con psicólogos que diagnostican su condición. Pero Jewel se da cuenta de que los psicólogos no la están ayudando. La mujer no quiere aceptar su condición, sino quedarse ciega.

Ceguera inducida por el desatascante

En 2008, finalmente, un psicólogo decide ayudarla. Juntos diseñan la manera de dejarla ciega. Jewel va a Canadá donde compra gotas para desensibilizar sus ojos y luego va a su psicólogo. El hombre procede a ponerle las gotas compradas en los ojos, luego es el turno del desatascante, esa sustancia química corrosiva que se utiliza para desatascar los lavabos.

Jewel recuerda que el proceso fue extremadamente doloroso, con un dolor punzante en los ojos y con el desatascante que le quemaba la piel cuando caía en las mejillas. Pero la mujer no tenía remordimientos. Al sentir dolor, se consolaba con la idea de que realmente se quedaría ciega. Después del procedimiento fue llevada al hospital donde los médicos, contra de su voluntad, trataron de salvarle la vista. Desafortunadamente, sin embargo (o, según Jewel, afortunadamente) no había nada más que hacer.

A la mañana siguiente, la mujer se despertó y abrió los ojos: en lugar de encontrar oscuridad, se encontró frente a la pantalla de su televisor, como siempre. Esto le causó una ira inmensa. Quería ser ciega, pero seguía viendo. El proceso que la llevó a la ceguera, de hecho, no fue inmediato. Su vista disminuyó con el tiempo, hasta que se quedó completamente ciega, como ella quería. Más tarde también fue necesario quitarle un ojo por las heridas causadas por las gotas corrosivas.

Su vida ciega

Ahora Jewel se siente completa y feliz y está estudiando para obtener un título en educación.

Al principio le dijo a su familia que la ceguera había sido causada por un accidente. Sin embargo, sus familiares descubrieron rápidamente la verdad y dejaron de hablar con ella. Jewel no se arrepiente del gesto realizado porque está convencida de que debería haber nacido ciega. Sin embargo, invita a los afectados por su propia enfermedad a no hacer lo que ella hizo, sino a buscar ayuda.

No sabemos el nombre del psicólogo que la ayudó y no sabemos si fue descubierta e investigada.

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