El Jameson Whiskey es uno de los más famosos y vendidos en el mundo, pero sobre el nombre de la familia escocesa que fundó la compañía en Dublín en 1810, sigue estando la sombra del “asunto Jameson”.
Este es el nombre de un episodio todavía muy debatido hoy, según el cual en 1888, durante una expedición al Congo, el heredero del imperio del whisky, Jameson, compró a una niña de 11 años sólo para verla asesinada y devorada por una tribu de caníbales.
En aquella época, África era un territorio que despertaba mucho interés en las grandes potencias europeas por sus vastos recursos minerales. La muerte y la violencia estaban a la orden del día, y a menudo las familias adineradas organizaban expediciones para buscar oro o piedras preciosas o para encontrar nuevas tierras para colonizar.
Jameson estaba en Ribariba, Congo, con Tippu Tip, un comerciante de esclavos tanzano swahili y con el traductor Assad Farran.
El asunto Jameson
La acusación de canibalismo contra James Jameson fue hecha por el traductor Assad Farran, quien acompañó a Jameson al Congo durante la expedición. A través de una declaración jurada por escrito, Assad declaró su versión de los hechos, que también apareció en la edición del New York Times del 14 de noviembre de 1890.
La versión de Assad Farran
Según el traductor, Jameson habría expresado el deseo de ver un acto de canibalismo. Tippu Tip consultaría con algunos líderes tribales y le diría a Jameson que consiguiera un esclavo. Jameson elegiría a una niña de 10 años, que pagó con seis pañuelos.
Luego, regaló a la niña a los miembros de la tribu que la ataron a un poste para después matarla con dos puñaladas en el estómago. La niña, según el traductor, parecía conocer el destino que le esperaba y no gritaba ni intentaba escapar.
Después de matarla, los miembros de la tribu cortaron y cocinaron su cuerpo, mientras que Jameson representaba la escena en seis dibujos.
La versión de James Jameson
La negación de Jameson no tardó en llegar, y según el joven heredero las cosas habrían sido diferentes. Poco antes de su muerte, escribió una carta en la que confesaba cómo habían ido realmente las cosas, carta publicada por su esposa en el New York Times.
Jameson afirmó que las acusaciones de Assan eran crueles, pero que sí había presenciado un rito caníbal.
Según Jameson, Tippu Tip lo llevó a una tribu que realizó una curiosa danza tribal. El traficante de esclavos le había dicho a Jameson que el baile iba seguido de un ritual caníbal. El joven heredero tomó esas palabras como una broma, pero Tippu Tip le pidió 6 pañuelos para probar lo contrario. James le había dado al mercader lo que le pedía, pensando que era sólo una forma de conseguir un regalo. Sin embargo, poco después sería testigo de una de las escenas más aterradoras que jamás haya presenciado.
Hasta el día de hoy, nadie sabe cuál es la verdad, y la sombra del asunto Jameson aún se cierne sobre la familia escocesa.